martes, 17 de abril de 2012

BELLEZA y BONDAD
Yolanda González García

Un niño llamado Andrés iba caminando por el bosque cuando se encontró una flor que destacaba de las demás.

La flor era pequeña y blanca.  Todas las demás flores eran grandes y de colores brillantes.

El niño se paro a mirar y de repente la flor se puso a hablar.

El niño sonrió y le contesto: Hola flor! Yo me llamo Andrés

La flor le respondió: ¿Que haces aquí en el bosque?

Andrés le replicó: Estoy caminando a mi casa y me pare a verte

¿A mí? ¿Por qué si soy tan pequeña? Dijo angustiada Blanca

Andrés le dijo: Pues, por que eres muy bonita.
¿Bonita? Pregunto Blanca. ¿Que no vez los colores de las otras flores?

Claro que las veo y son bonitas, pero no son como tú. Dijo Andrés.

¿Cómo? Pregunto Blanca. ¿Me podrías explicar?

Andrés le contesto feliz: Cada día paso por el bosque y saludo a las flores.

Las hermosas no me sonríen y me voltean la cara. No ayudan a los insectos del bosque y solo ven su reflejo.

Tu siempre eres amable y generosa. Conmigo y con los insectos del bosque. Con una sonrisa apoyas a todos. Tu no vez ninguna diferencia y lo haces con buen corazón.

¿Eso hace que yo sea hermosa? Pregunto Blanca

¡Claro! Exclamo Andrés. El ser buena con los demás te hace brillar. Tu brillas por ser amable y de buen corazón. 

¡Gracias! Exclamo Blanca. Nunca pensé que la bondad pudiera dar tanto.

Ahora lo sabes. Contesto Andrés. Sigue con tu buen corazón. Le sonrío a la flor y después de que ella se despidió, se fue feliz a su casa.

Blanca la flor, siguió siendo bondadosa y poco a poco contagio a las demás flores.

Al final, todas empezaron a ser amables y el bosque se volvió un lugar mucho más feliz.

Moraleja: Si eres egoísta y envidioso, solo veras tu belleza pero no brillarás.  La bondad y el buen corazón hace que tu  brilles. Tu corazón se llena de luz y eso se nota. 








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