BELLEZA y BONDAD
Yolanda González García
Un niño llamado Andrés iba caminando por el bosque cuando se
encontró una flor que destacaba de las demás.
La flor era pequeña y blanca. Todas las demás flores eran grandes y de
colores brillantes.
El niño se paro a mirar y de repente la flor se puso a
hablar.
El niño sonrió y
le contesto: Hola flor! Yo me llamo Andrés
La flor le
respondió: ¿Que haces aquí en el bosque?
Andrés le
replicó: Estoy caminando a mi casa y me pare a verte
¿A mí? ¿Por qué
si soy tan pequeña? Dijo angustiada Blanca
Andrés le dijo:
Pues, por que eres muy bonita.
¿Bonita? Pregunto Blanca. ¿Que no vez los colores de las
otras flores?
Claro que las veo y son bonitas, pero no son como tú. Dijo
Andrés.
¿Cómo? Pregunto Blanca. ¿Me podrías explicar?
Andrés le contesto feliz: Cada día paso por el bosque y
saludo a las flores.
Las hermosas no me sonríen y me voltean la cara. No ayudan a
los insectos del bosque y solo ven su reflejo.
Tu siempre eres amable y generosa. Conmigo y con los
insectos del bosque. Con una sonrisa apoyas a todos. Tu no vez ninguna
diferencia y lo haces con buen corazón.
¿Eso hace que yo sea hermosa? Pregunto Blanca
¡Claro! Exclamo Andrés. El ser buena con los demás te hace
brillar. Tu brillas por ser amable y de buen corazón.
¡Gracias! Exclamo Blanca. Nunca pensé que la bondad pudiera
dar tanto.
Ahora lo sabes. Contesto Andrés. Sigue con tu buen corazón.
Le sonrío a la flor y después de que ella se despidió, se fue feliz a su casa.
Blanca la flor, siguió siendo bondadosa y poco a poco
contagio a las demás flores.
Al final, todas empezaron a ser amables y el bosque se
volvió un lugar mucho más feliz.
Moraleja: Si eres egoísta y envidioso, solo veras tu belleza
pero no brillarás. La bondad y el buen
corazón hace que tu brilles. Tu corazón se
llena de luz y eso se nota.
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